Para fundir y realizar ensayos con metales preciosos, así como para aplicaciones en la industria del acero y la metalurgia, se requieren hornos de metalurgia. Carbolite ofrece una amplia gama de productos capaces de satisfacer necesidades específicas en estos procesos.
Los hornos de la serie HRF son aptos para los procesos de metalurgia, permitiendo realizar operaciones de temple y revenido para mejorar la resistencia mecánica del acero. Sus potentes turbinas de circulación forzada garantizan una excelente uniformidad de temperatura y una distribución óptima del calor, además de estar en conformidad con la norma AMS 2750G (Nadcap).
La serie de hornos GLO también se utiliza en los procesos de metalurgia y se recomienda para aplicaciones de recocido a temperaturas moderadas de hasta 750 °C bajo vacío, y hasta 1100 °C en atmósfera reactiva. Esto ayuda a reducir precipitaciones en el acero suavizando el material y aumentando su plasticidad a fin de facilitar su procesamiento posterior. La función de enfriamiento rápido adicional permite mantener perfiles de temperaturas específicos para cada material y así garantizar un producto de alta calidad.
Para la producción y el procesamiento de aceros especiales y aleaciones de acero se requieren diferentes tipos de tratamientos térmicos. La serie de hornos de cámara HTK está especialmente recomendada para la producción de acero y ofrece una variedad de soluciones en términos de tamaño, rango de temperatura y paquetes para el trabajo con diferentes gases.
Estos hornos operan a una temperatura máxima de 2200 °C. El modelo HTKW/22, por ejemplo, puede usarse para el trabajo con ultra alto vacío, presión parcial de hidrógeno, o con otros gases reactivos. También pueden emplearse para temple superficial mediante nitruración o cementación bajo atmósfera rica en nitrógeno (amoníaco) o en carbono, con una ligera sobrepresión que hace que el nitrógeno o el carbono se difundan en el acero.
La temperatura máxima de cementación en el HTK GR/30 es de 3000 °C . En todos los hornos es posible el registro de los datos, lo que permite mantener y monitorear los estándares de calidad de los procesos.